UNA CARRERA ANTES DE IR A FRANCIA

Aún no he hecho la maleta. Es lo bueno de tener ya tanta experiencia, soy capaz de hacerla en menos de cinco minutos. El viaje para ir a la octava prueba del mundial es uno de los más tediosos del año. Sí, Francia está cerca, pero para llegar a Magny Cours a una hora prudente hay que madrugar. Un coche vendrá a buscarme a casa mañana a las 6.30. El vuelo a París es a las 8.40. Llegaremos sobre las 10.40 y a partir de ahí nos esperan casi trescientos kilómetros de coche y ya veremos cuantos de ellos con atasco. Mañana espero estar mejor porque de momento hoy tengo agujetas hasta en los párpados. Ayer me invitó la gente de ING a una carrera de karts en el Karting de Carlos Sainz. La sorpresa del día fue la presencia de Fernando Alonso que fue uno más de los participantes. Creo que no hace falta que os diga quién ganó, pero sí debo deciros cómo.

Todo comenzó con unos entrenamientos. Quince minutos para rodar. Mi kart iba fatal y sólo pude marcar un triste mejor tiempo de 0.32. Hablé con Fernando sobre cómo atacar la primera curva y la horquilla de bajada y pusé en práctica sus consejos en la clasificación posterior. ¡Funcionó! El coche iba mucho mejor y los consejos de Fernando me hicieron mejorar muchísimo. Así, para sorpresa de muchos, la parrilla tenía una primera línea formada por Alonso (30.026) y Lobato (3o.851). Conservaré la hoja con los tiempos el resto de mi vida.

Todo estaba preparado para la carrera cuando a Fernando se le ocurre la genial idea de proponer a la organización invertir la parrilla. Es decir, los primeros serían los últimos en la salida y los últimos los primeros. Casi le mato. Para él era genial porque se iba a divertir pasando a todos, pero para mí era una faena porque tenía muchas opciones de ser el último en la primer curva y terminar muy atrás. La realidad fue mui diferente. Cuando se dio la salida, Fernando se emparejó conmigo y empezó a empujarme hacia las barreras, llegamos a la primera curva chasis con chasis (últimos) y entramos en la curva por el interior. Allí nos encontramos con una melé descomunal, yo pasé. Fernando no. Me coloqué quinto y Fernando, que salió del kart y lo empujó hasta colocarlo fuera de la melé, salió detrás de mí con unos diez segundos de retraso. Me alcanzó en menos de tres vueltas y me pasó a mí y al coche con el que yo luchaba, tres segundos después. En la vuelta cinco ya lideraba la carrera. Mi kart iba francamente mal y en la recta me fueron pasando los pilotos más rápidos. Al final logré terminar séptimo, corríamos catorce. No era lo que quería, pero no estuvo mal teniendo en cuenta lo mal que iba el kart (me parezco ya a un piloto de verdad poniendo excusas ¿verdad?)