viernes, 28 de diciembre de 2007

¿DEPARTAMENTO DE MILAGROS POR FAVOR?

NOTA: Artículo publicado en el Diario Marca el lunes posterior al Gran Premio de Japón.



Había acabado ya la carrera, pero el cielo seguía llorando sobre Fuji. El cielo gris se fundía con el estado de ánimo de los españoles que estábamos allí. Caminábamos por el paddock escondiendo nuestra tristeza para no aumentar el regocijo de muchos. Nos mirábamos unos a otros, pero no nos decíamos nada. En realidad no había nada que decir. Todos estábamos heridos. Salimos de la carrera como Fernando, ilesos físicamente, pero rotos por dentro. Todos nos estrellamos un poco en esa curva número 10. Fernando, los españoles que estábamos en Fuji y los que, somnolientos, empujaban desde España. Ahora sólo queda lamernos las heridas y luchar por el milagro. Está claro que siendo realistas ganar este mundial es una empresa muy complicada. Recortarle doce puntos a Hamilton en dos carreras es una quimera, especialmente si tenemos en cuenta que el inglés no ha abandonado nunca y que parece estar bendecido por la fortuna. No le quiero quitar méritos porque creo que en la pista ha sido muy fuerte, ha mostrado una entereza sobrenatural pese a su juventud y ha sido rápido, muy rápido. Sin embargo, su comportamiento fuera de la pista deja mucho que desear. Ahora nadie se acuerda y Fernando es el malo de la película para muchos, pero todos los problemas y las tensiones que se han vivido en Mclaren las ha causado él. El epicentro de todas las tensiones lleva su nombre, las réplicas y los tsunamis posteriores fueron de Alonso. La FIA abrió una investigación contra Mclaren después de Mónaco porque Hamilton culpó a su equipo de no dejarle adelantar a Alonso. La FIA le quitó los puntos de Hungría a Mclaren porque Hamilton declaró en contra de su equipo y de su compañero ante los comisarios. Ocurrió, curiosamente, en un día en el que el inglés había desobedecido las órdenes de sus ingenieros y había perjudicado con premeditación a Alonso. Y ahora le llaman a Fernando egoísta… Tiene gracia, ahora muchos se olvidan de que todo lo que surgió después, la fractura en las relaciones de Alonso con el equipo, la sanción de FIA por el asunto de los correos electrónicos, tuvieron su origen en ese sábado de Budapest. Sin embargo, Hamilton sigue siendo para muchos el héroe, el santo. Está claro que es un gran piloto, pero también ha dejado claro que su ambición no conoce límites y que es capaz de cualquier cosa para lograr sus objetivos. Luego lo maquilla con palabras bonitas y de agradecimiento al equipo, pero cuando las cosas no van bien, sólo piensa en él. Su penúltima bala la utilizó la víspera de la carrera. Después de mentir y provocar el viernes con sus declaraciones, el sábado soltó que no le gustaría tener a Fernando como compañero el próximo año. Sin embargo, el próximo año es una gran incógnita y aunque las situaciones pueden cambiar, especialmente si el título se decide en China, las opciones son dos desde mi punto de vista. La primera quedarse en Mclaren. Sería una decisión dura porque ni Fernando quiere quedarse ni Mclaren que se quede, pero al menos podría tener un coche competitivo para luchar contra todo y contra todos por el título mundial. La otra opción, ya la he contado aquí hace meses. Entonces dije que era la tercera opción, pero lamentablemente ha pasado a ser la segunda y la última: retirarse. Sería una retirada por un año para volver en 2009 donde quiera. Tiene ofertas de todos los equipos posibles, pero su objetivo, su deseo, es ir a Ferrari. En Ferrari lo esperarán con los brazos abiertos y hasta el escollo más duro, Jean Todt, habló bien aquí en Japón de Fernando. Fue la primera vez y sus palabras fueron terriblemente significativas.
Sin embargo, no quiero hablar más del futuro. Quiero seguir pensando en el presente. Aferrarme a las posibilidades matemáticas que aún quedan para no rendirme. Sé que Fernando no se rendirá y lo intentará todo buscando los límites para intentar lo que parece imposible. De momento, China. Hamilton tendrá ahí su primera bola de partido. Para salvarla Fernando le tiene que sacar como mínimo dos puntos. De lo contrario, el inglés se convertirá en el campeón del mundo más joven de la historia. Quién crea en los milagros que me siga. Vamos a necesitar mucha ayuda.

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