viernes, 28 de diciembre de 2007

BAJO EL VOLCÁN

NOTA: Artículo publicado en el Diario Marca el jueves anterior al Gran Premio de Japón.


Dicen en Japón que el Monte Fuji es un volcán de costumbres. Al parecer tiene la manía de entrar en erupción cada trescientos años. El japonés que me lo cuenta me guiña un ojo y se sonríe. Acudo a internet y descubro con estupor que su última erupción se produjo en 1707. Sí, exactamente hace trescientos años. Desde entonces miro hacia su cumbre con preocupación y noto su presencia intimidadora de forma permanente. Hay una canción infantil que se saben todos los escolares japoneses desde tiempo inmemorial que habla de la montaña como de un ser magnífico que vigila a todos los habitantes que tiene en su falda. Creo que se lo va a pasar muy bien este fin de semana porque después de treinta años los locos de la Fórmula 1 vuelven a visitarle. La última vez que estuvieron aquí la carrera acabó en tragedia con un terrible accidente de Gilles Villeneuve que provocó la muerte de un comisario y un fotógrafo. La victoria la logró un Mclaren, el último triunfo en la carrera deportiva de James Hunt. El hombre que un año antes, también aquí en Fuji, se proclamó campeón del mundo. El último y único título conseguido por un piloto inglés para Mclaren. Desde entonces, han pasado ya treinta y un años, ningún otro británico lo ha logrado. Y aquí estamos ahora, en Fuji, bajo la mirada del volcán y con otro inglés cómo líder del mundial a falta de tres carreras. Teniendo sólo este juego histórico en cuenta ¿Alguien duda de quién es el favorito de Mclaren? Lamentablemente hay más. A esta razón patriótica hay que sumar muchas otras. Todos saben en el equipo que Alonso se irá a final de año. No está claro ni cómo ni a dónde, pero se irá. Si gana el título se llevará el número 1, se llevará la gloria y el mundo sabrá que un tricampeón del mundo abandonó Mclaren porque no soportaba seguir un minuto más dentro de él. No habrá muchas fotos, ni fiestas y en 2008 no encontrarán la forma de rentabilizar ese triunfo. Por el contrario, si gana Hamilton habrá records, fiestas, número 1 el próximo año en el coche, centenares de titulares, multitud de eventos y recepciones con los patrocinadores, el gobierno inglés, la reina de Inglaterra… habrían logrado una gran gesta, habrían batido al campeón del mundo, al egoísta, al chivato, inventarían aún más epítetos al currículo de Alonso y volverían a levantar la cabeza después de un año lleno de tensiones y frustración. Volverían a colocar el status quo en el lugar que le corresponde a la Fórmula 1. Es decir, un inglés dominando el deporte en lugar del esperpento o la tremenda distorsión contra natura de ver a un piloto de un país sin tradición, ni historia, al frente de este negocio.
Hay muchas razones por las que a Mclaren le interesa ver perder a Fernando. Ya ni siquiera tiene intereses en el Campeonato de Constructores por lo que lograr el mejor resultado posible con sus dos coches ha dejado de ser una prioridad. Quiero confiar en la profesionalidad de Mclaren, pero no estoy seguro. La FIA advirtió a Ron Dennis que les vigilarían para que no perjudicasen a Fernando, pero resulta tan fácil perjudicar en Fórmula 1 sin que nadie se dé cuenta que no tenemos más remedio que apelar a la seriedad y la igualdad de la que tanto ha alardeado Ron Dennis este año. El mismo hombre que ha empezado una sibilina campaña de difamación y deterioro de imagen contra Alonso. Fernando encaja los golpes y sigue adelante. Sabe que hablar y contestar sólo haría más difícil lograr el título. Aprieta los dientes, trata de no leer lo que se publica y se dedica a trabajar. Ayer fue el primer piloto que apareció por el circuito de Fuji y el primero que dio una vuelta andando al trazado.
Mientras, en el paddock, a Fernando todos le miran con recelo. Saben que su situación en Mclaren ha paralizado todo el mercado de fichajes y renovaciones de la Fórmula 1. Todos los equipos esperan a que se resuelva su situación para mover fichas. Renault, Toyota, Williams no han anunciado su alineación para el próximo año. Otros que ya la tienen cerrada también esperan por si acaso hay opciones de fichar a Alonso. Sin embargo, el problema sigue siendo el mismo. Fernando quiere un coche ganador y el único que puede dárselo es Ferrari. Los rumores, algunos aberrantes, se suceden, pero me parece difícil que se resuelva algo antes de que termine el mundial en Brasil. El objetivo es ganar el título. Será difícil, heroico si lo logra, y lo más inteligente es no poner más piedras en el camino. Después de Brasil, ¡Qué estalle el Volcán!

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