DEPRESIÓN TOTAL

Hola a todos, ya estoy en Monza. Puede que sea un nostálgico, pero esta carrera va a ser especial. En lo meramente deportivo, aquí hace un año Alonso logró su última pole y su última victoria. Desde entonces hasta ahora, nada. Y lo malo no es eso, lo malo es que dependiendo de como salgan las cosas puede que esta sequía se prolongue durante más tiempo. Él dice que está preparado para soportarlo ¿Lo estaremos los demás? Recuerdo las sensaciones de este gran premio en los últimos años. La emoción de 2004 de pisar por primera vez el templo de la velocidad, la lucha por el mundial en 2005 cuando se acercaba el final y Mclaren recortaba puntos; la tensión, la polémica y el mal rollo de 2006 cuando le sancionaron por obstaculizar a Massa y el posterior reventón del motor que casi le daba el título a Michael; la victoria y la incertidumbre del mundial y la lucha con Hamilton a pocas carreras del final... De todas esas sensaciones de adrenalina hemos pasado a la nada. Llegamos aquí sabiendo que ganar es imposible, sabiendo que matemáticamente el título ya se escapó (aunque matemáticas aparte sabíamos que no habría opción de luchar por él desde marzo) y que será un éxito ver pasar al R28 el sábado a la Q3. También es triste terminar la temporada europea y comprobar que muchos periódicos españoles podrían no mandar a nadie a las carreras de Asía, algunos de hecho se han bajado ya del tren antes de llegar aquí.

Personalmente es también un gran premio muy triste porque es el final para algunos de mis compañeros de Telecinco y también la última carrera para nuestro camión. Sé que a mis compañeros técnicos les cabrea que le llame camión, que lo correcto es decir unidad móvil, pero Rober, Raúl, Angel, Fernando, Rafa... lo siento mucho, para mí siempre será el camión. Más que nada para llevaros la contraria. Camión, unidad móvil... en realidad ha sido nuestra casa, nuestro refugio, el lugar donde hemos tenido tantas tensiones, donde hemos gastado y urdido tantas bromas, donde hemos pasado tantas horas dándonos codazos y tropezándonos unos con otros por falta de espacio. Una especie de camarote de los hermanos Marx lleno de locos fantásticos desde el que ha sido posible hacer el sueño de la Fórmula 1 durante todos estos años. Si hay algo que me mata y que me tiene jodido es que Julio y Manu no hayan podido pasar ni un día ahí dentro. Lo siento amigos, pero es el problema de ser imprescindibles, no habéis podido salir de Madrid y tener la experiencia de convivir en esa jaula de grillos. Espero que algún día podáis perdonarme. Con el camión también termina la aventura de Maiki, su conductor. Este será su último gran premio. Le vamos a echar mucho de menos. No tendremos más remedio que llamarle algún día desde Japón o China por teléfono a las cuatro de la mañana para que nos cuente el chiste del motorista o para que nos recuerde que "hay más cabrones que perros descalzos". Voy a proponer a los que seguimos hasta Brasil que cuando pidamos un helado exijamos en su honor que sea sólo de una bola. Él nunca permitiría que le diesen dos (debe ser una manía de los camioneros). En cuatro años con nosotros el pobre no ha aprendido a disimular. Siempre fue fácil descubrir que alguien tramaba una broma porque a él siempre se le escapaba la risa.

Será también la última carrera para Marc y para Rafa. Llegaron los últimos al equipo, pero encajaron a la perfección. Rafa, que es un tipo serio, creo que debe pensar que estamos chalados, pero estoy seguro de que además de currar como un perro se lo ha pasado en grande con nosotros. Marc ha sido el benjamin del grupo. Le hemos hecho mil perrerías, pero se ha divertido tanto trabajando en esto que creo que va a ser uno de los que peor lo va a pasar a partir del lunes. Un tipo simpático, buena gente, pero raro (no bebe cerveza, sólo agua).

Por si todo esto fuese poco, hoy me he enterado que Vicente Vallés, al que conoceréis por presentar y dirigir hasta hace unos meses La Mirada Crítica, se va de Telecinco. Entró en la tele el mismo día que yo allá por septiembre de 1994 y ahora se va. Es el último de una larga lista de amigos que han dejado Telecinco en los últimos dos años. Los últimos guerreros de una época maravillosa en informativos. Le vamos a echar de menos aunque ya he quedado con él en que cuando yo organice otro partido de fútbol contra Alonso le vuelvo a convocar. Me acuerdo que saltaron chispas entre él y Fernando en el primer partido que disputamos. Si no le cambio de posición en el campo se matan.

Bueno para subir un poco el ánimo y no terminar con nostalgias y depresiones aquí os voy a poner un par de anécdotas del paddock. La primera es este detalle del motorhome de Renault. En un mundo sofisticado y tecnológico como es la Fórmula 1, el sistema de cierre que utilizan en el equipo de Alonso es este candado de combinación que puedes encontrar en cualquier tienda de veinte duros.

El motorhome de Renault se ha quedado completamente desfasado. Es el más viejo y cutre del paddock y pide a gritos una jubilación. Es cierto que da menos trabajo que los moderno. Por ejemplo, el de Mclaren es mucho más bonito y espectacular, pero mantenerlo brillante es una faena para un grupo de empleados del equipo que se pasan la mañana del jueves limpiándolo a mano. El problema es que tiene tanto cristal que cuando caen cuatro gotas hay que volver a limpiarlo por completo. Especialmente porque el jefe, Ron Dennis, es un maniático del orden y la limpieza.

Bueno, mañana veremos quién es más fuerte en la pista. Yo de salida apostaría por Mclaren y por Hamilton para la victoria. Sigo pensando que la sanción de Bélgica fue desproporcionada y que eso puede darle alas al inglés que aquí querrá desquitarse. El problema de Hamilton es que cuando se cabrea es mucho menos bueno. Así que o gana o la pifia el domingo.