viernes, 28 de diciembre de 2007

RENAULT: AMIGOS, DINERO, PROMESAS Y LIBERTAD




NOTA: Artículo publicado en el Diario Marca el día posterior al anuncio del fichaje de Fernando Alonso por Renault.


Muchos estarán hoy orgullosos porque ya en octubre dijeron que el hijo pródigo regresaría a casa. No quiero quitar méritos a nadie, pero puede que algunos de los que anunciaron su fichaje entonces no tengan ni idea de lo lejos que ha estado Fernando de Renault en algunos momentos, lo cerca que ha estado de firmar por otros equipos y las dudas terribles que ha tenido hasta hace una semana. Ha sido curioso y divertido ver desde la distancia todo lo que se ha dicho de él y ardo de curiosidad por ver lo que se dirá a partir de ahora. Muchos analizarán su regreso a Renault cómo el de un perro herido que vuelve a casa a relamerse sus heridas. A él no creo que le preocupe demasiado porque si algo tenía claro es que, fuese cuál fuese su decisión, sabía que siempre iba a ser criticado. Otros verán su vuelta a Renault cómo algo natural, cómo la decisión lógica después de los años de gloria del pasado y automáticamente le imaginarán otra vez proclamándose campeón del mundo. Habrá algunos que pensarán que era la única opción que le quedaba y que ha elegido la menos mala para no arrastrarse por los circuitos siguiendo a duras penas las estelas de Ferrari y Mclaren. La historia de estas últimas semanas de tensa espera y su final pueden se contados de muchas maneras. Que ganas tengo de que Fernando se decida a escribir ese libro del que tantas veces hemos hablado. Ese libro en el que algún día plasmará, si le apetece, las miles de anécdotas y situaciones surrealistas que le ha tocado vivir en este mundo de locos que a veces es la Fórmula 1. Sólo lo que ha pasado en las últimas cinco semanas daría para escribir varios capítulos. Algunas situaciones entrarían en el mundo de la ciencia ficción, otras en la de la comedia y al menos una en la del esperpento.




Tiene narices que después de todo lo que ha pasado, después de todo lo que se han dicho, después de rescindir el contrato… Mclaren le ofreciese a Alonso la posibilidad de volver un año al equipo. Suena a broma, pero fue real. La de Mclaren fue la séptima oferta, la última, pero antes hubo seis más. Todas le prometieron a Fernando coches campeones por lo que no descarten que el próximo año vivamos el mundial más apretado de la historia o que, por el contrario, volvamos a ratificar que en este deporte de cada diez palabras que te dicen once son mentira. Red Bull, Williams, Honda, BMW, Toyota, Renault, Mclaren… salvo Toro Rosso, Force India y Super Aguri todos quisieron contratar a Alonso. También Ferrari quiso y quiere fichar a Fernando. Hablaron, pero su deseo irrefrenable por hacer una oferta chocaba con los movimientos estratégicos realizados en sus últimos estertores por Jean Totd. Cuando Stefano Dominicalli tomó las riendas del equipo, ya era demasiado tarde, pero el deseo intenso persiste y Alonso está predestinado a acabar en “la escudería”. Quizá en 2009, dependiendo del papel que desempeñe Massa el próximo año. Creo que ese también es el deseo de Alonso: acabar en Ferrari. No por la leyenda del equipo, ni por su historia… más bien porque sabe que es donde tiene más garantías de tener un coche competitivo cada año y donde podrá estar lo más cerca posible de una de las razones de su existencia: la victoria. Quizá por esto, por su necesidad innata de ganar, siguió barajando durante varias semanas la opción de no correr el próximo año. Al final las ofertas eran tan numerosas y tan prometedoras que abandonó esa idea que ha tenido latente en su cabeza desde hace mucho tiempo.




Sólo teniendo en cuenta el objetivo final que es irse a Ferrari, se puede entender porque descartó la oferta que más le ha gustado que fue la de Red Bull. Estuvo muy cerca del equipo austriaco que a última hora se asustó y exigió un contrato cerrado. Era una condena de dos años, cerrar un candado y tirar la llave al mar durante ese tiempo era un riesgo excesivamente alto. Fernando no tuvo más remedio que descartarles. Luego llegó la duda de Toyota que ha estado junto con Renault hasta el final. Fueron días intensos de incertidumbre. Mientras muchos decían que el fichaje por Renault era inminente, Fernando hacía números, diseccionaba los resultados de la temporada pasada, analizaba los pros y los contras de cada opción y se debatía en un mar de dudas. Al final escogió una opción, pero elegir no fue fácil. Ambos le daban todo: dinero, liderazgo, cariño y la opción de marcharse a final de temporada. Toyota representaba el reto, Renault la vuelta a un pasado entrañable lleno de amigos. Los dos le prometieron un coche ganador, pero al final Renault resulto más convincente. Sobre el papel, el R28 será un segundo y medio más rápido por vuelta que el R27. Claro que esto sólo es teoría. Habrá que esperar al día 22 de enero para ver la cara de Fernando cuando se baje del coche en Valencia. Sólo entonces sabremos si hay razones para volver a soñar. Su compañero de equipo será Nelsinho Piquet. Muchos pensarán: ¡Oh Cielos! ¡Otra vez un novato ambicioso, con un superpapá! Pero no teman. Lo que ocurrió el año pasado con Hamilton no volverá a repetirse. Todos tienen claro ya en Renault quién es el líder del equipo, quién es el que puede ganar el mundial, quién el que puede sacarle varias décimas imposibles al coche y quién no se pondrá nervioso al final. Todos se acuerdan de lo que pasó el año pasado en Mclaren, del cuento de la tortuga y la liebre y todos han aprendido la moraleja. Por cierto, Fernando llevará en el morro de su Renault el número 5, el dorsal con el que ganó su primer título mundial hace dos años y aunque aún no he logrado descifrar la razón sé que el número 2008 le da buena espina. Así que, desempolven las banderas y estén seguros de que volverá la marea azul, aunque en realidad nunca se ha ido.

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