PRIMER DÍA, LLUVIA

Hola a todos, ya estamos aquí. La buena noticia (para nosotros) es que no hace mucho calor. La mala (también para nosotros) es que el primer día en Singapur nos ha obsequiado con una mañana pasada por agua. El plan era ir caminando hasta el circuito (entre otras cosas porque es la única forma de ir, esa y en taxi), pero cuando hemos visto el panorama meteorológico, lo de ir andando lo hemos descartado. Descartado a medias porque al final, a pesar de haber cogido un taxi, nos ha dejado tirados en medio de la ciudad al lado de una valla del circuito. De ahí al TV Compound, el lugar donde trabajamos las televisiones, ha sido cuestión de veinte minutos bajo el diluvio. Cuando la meteorología nos ha dado un respiro, Jorge (cámara) y yo nos hemos ido a dar la vuelta al circuito. Es espectacular. Será más lento que el de Valencia, pero es brutal. Aún les faltan bastantes cosas por terminar y me imagino que las próximas horas hasta que rueden los coches van a ser muy estresantes para la organización.

Las escapatorias no son tan grandes y cualquier error significará decir adiós a la carrera. La carrera como sabéis será de noche, pero en caso de que algún año la hagan de día, las imágenes del circuito entre los rascacielos será incréible. Lo de la iluminación es brutal. Tiene narices que la FIA esté luchando por hacer la F1 más ecológica y de repente llegamos aquí para derrochar 3.500.000 watios hora. No quiero ni calcular lo ha costado la infraestructura de iluminación, nadie da cifras, ni quiénes van a sacar una gran tajada de esto.

La gran duda y preocupación para casi todos los pilotos es qué pasará si llueve. Dicen los instaladores de las luces que no habría ningún problema porque los focos están colocados con un ángulo concreto para evitar que los pilotos se deslumbren o que el spray que levantan los coches haga de pantalla donde se refleje la luz. Sin embargo, la teoría es una cosa y la práctica otra muy diferente. De momento, después de dar una vuelta después de llover, tengo la sensación de que ya sería peligroso rodar de día. En la pista hay varias zonas donde se acumula el agua formando grandes charcos. Varios de ellos están justo en la trazada y mientras toda la pista esta húmeda, en estos puntos te encuentras de sopetón con cuatro centímetros de profundidad de agua.

Todo el mundo ha cambiado sus horarios, excepto nosotros. Los equipos comienzan a trabajar a partir de las 13.00 hora de Singapur. Quieren acostumbrarse cuanto antes al horario que van a utilizar durante toda la semana sin afectar a las horas de sueño ni a un desgaste excesivo. Nosotros hemos venido a las 9.00 y ahora mismo son las 20.00 y seguimos aquí. Fernando Alonso acaba de aterrizar y en un rato vendrá a echar un vistazo.

Singapur es un exceso. Todo está carísimo. Los precios de los hoteles se han multiplicado por cuatro. En los restaurantes las cartas aparecen sin precios y estos deben tener algún tipo de plus Fórmula 1 (el plus que se suma para aprovechar la llegada de turistas e incautos que pagan lo que sea). La cena de anoche fue un buen palo. 80 euros por barba. Tampoco comimos tanto: un poco de arroz, noodles, una especie de rollitos primavera, un poco de pato y eso sí, este cangrejo que veis en la foto de abajo.

No es que la chica sea pequeña, es que el cangrejo era bestial. Si me encuentro eso yo en el mar, nado hacia la orilla más rápido que Phelps. La faena es que cuando nos lo trajeron a la mesa el cangrejo no mordía, PICABA. ¡Qué barbaridad! Todavía tengo la lengua insensible. Por aquí por Asia no tienen mesura con el picante. ¡Qué manera de sudar y de beber agua! A Miguel (productor) le encanta el picante y se puso morado ayer. Lamentablemente el cangrejito tenía efectos secundarios y hoy el pobre Miguel estaba más tiempo en el baño que con nosotros. Sé que me va a matar por escribir esto, pero sus intestinos se han rebelado contra él.

Como curiosidad os puedo decir que nos hemos subido a la noria más alta del mundo (al menos eso dice Jorge aunque yo creo que la de Londres es más alta), la inauguraron en abril y mide más de 160 metros. La vista desde arriba es espectacular y hemos podido grabar unos buenos planos del circuito desde arriba. Además de darte una vuelta, si quieres puedes organizar una fiesta en una cabina. Te ponen el champán, la música, lo que quieras. Lamentablemente no vamos a tener tiempo para fiestas. Otra curiosidad de aquí ha sido descubrir desde la noria este campo de fútbol flotante. Está al lado de la pista que podéis ver a la derecha, entre el campo y la grada.

Está justo al final del trazado del circuito. A partir de ahí, la pista pasa por debajo de la grada y quedan dos curvas para llegar a la meta.

Bueno, de momento esto es todo. Mañana os cuento más cosas.