MILAGROS Y DESPEDIDAS

Estoy sentado en una cutre sala del aeropuerto de Linate en Milán. Mi vuelo de Alitalia dicen que va a salir. La compañía italiana está en quiebra y ayer se decía que todos los vuelos podían ser cancelados. Afortunadamente no va a ser así, espero. Aquí estoy, con el bajón de todos los lunes (es habitual después de cinco días de mucha actividad y tensión), con la garganta irritada y con ganas de volver a casa. Es habitual encontrarte en el aeropuerto a otros periodistas, españoles y extranjeros. Con ellos vuelves a repasar la carrera, a discutir sobre lo que pasó y sobre lo que pudo haber pasado. Todos se han quedado bastante sorprendidos con la actuación de Alonso. El viernes los Renault eran 18º y 20º y ayer Fernando coló su botijo azul en la cuarta posición. Tuvo suerte. Esta vez el cambio de neumáticos salió bien y a la mayoría de equipos los cambios meteorológicos y de la pista les obligaron a una parada extra. Para mí la carrera fue muy significativa. Las carreras con agua en pistas difíciles como Monza son muy útiles para clasificar a los pilotos en dos categorias. Halcones y Palomas. Esta fue una famosa forma de clasificar a los arbitros de fútbol que se inventó mi maestro de periodismo Alfonso Azuara. Es una clasificación que define el grado de valor, de seguridad en uno mismo, de capacidad para arriesgar y soportar grandes presiones. Ayer en Monza vimos muchas palomas. Entre ellas: Kovalainen, Massa y Raikkonen. También confirmamos algunos halcones: Vettel, Kubica, Hamilton y Alonso. Aunque no quiero quitarle un ápice de mérito a Vettel, creo que tuvo bastante suerte. La pole del sábado surgió de una situación excepcional y el domingo no tuvo que defenderla en una salida convencional. Salir detrás del coche de seguridad se lo puso más fácil. También que Bourdais se quedará en la salida y, sobre todo, tener como principal rival a un Kovalainen que hizo una carrera muy gris. De Massa mejor no hablar. Tenía una ocasión de oro para adelantar a Hamilton en el campeonato y la dejó escapar.

Por lo demás, la semana va a ser muy activa en lo que a negociaciones de Alonso se refiere. Su futuro inmediato está en juego y se decidirá pronto. BMW, Renault o quizá Honda. Esas son las opciones hasta final de 2010. En el 2011, estará en Ferrari.

El que ya no va a estar en más carreras como os conté es nuestro camión. Ayer casi se nos caen las lágrimas cuando terminó la carrera. Han sido cuatro años con él y si sus paredes hablasen dirían muchas cosas de días fantásticos y en ocasiones días muy malos. Ahora Maiki lo llevará hasta Madrid y allí lo desmontarán. Lo que costó tanto trabajo diseñar quedará aparcado y vacío en una nave de Telecinco esperando a que le den un nuevo trabajo. Sé que las cosas no tienen sentimientos, pero estoy convencido que esas cuatro paredes con ruedas y llenas de cables echarán de menos a ese grupo de locos que pasaron tantas horas dentro de él. Si el pudiese elegir, seguro que seguiría para siempre con nosotros.

Lamentablemente la vida cambia y un día estas aquí, en la Fórmula 1, y al siguiente estas aparcado en algún lugar de Telecinco. Para la despedida compramos unas botellas de champán y aprovechamos para decir adiós también a Marc, Maiki y Rafa que ya no vendrán a más carreras. Ha sido un privilegio haber trabajado con ellos. Ahora seguiremos un grupo más reducido en las cuatro carreras que quedan y seguro que les vamos a echar de menos. Volvemos a casa. Ahora, repasaremos lo que tenemos pensado para Singapur, añadiremos algunas locuras más y trataremos de descansar un poco con la familia. Bélgica e Italia han sido quince días sin parar y lo que viene por delante asusta. Un abrazo a todos.